Relatos en miniatura.- #3

                              LA OLA

Había surfeado una sola vez en mi vida y no podía creer que fuese esa imagen, aunque un poco distorsionada, la que el ácido "eligiera" para hacerme viajar.

Ahora que debo describir mi experiencia diré que parecía una ola plástica envolvente cuyos colores parecían querer engullirme pero que no terminaban de devorarme. Tan sólo formaban un pasadizo con un final oscuro que no lograba ver.

No era una visión agradable... y aún así era mejor esa alucinación que la realidad que me esperaba fuera de la habitación...


                  CIEGA

Su ceguera era tan fuerte que parecía como si un grueso cristal se interpusiera entre sus ojos y el mundo. Sólo una mancha verde veía donde, por sus recuerdos, sabía que había una hermosa planta.

¡Era terrible conocer un mundo que ya no era capaz de observar!

Lloraba. Ella lloraba amargamente.
Había renunciado a su vista para alimentar a quién la había dejado sola y maltrecha a la primera oportunidad. Ahora en la caridad del Señor debería pasar sus días, ciega...



                    ABANDONO

Y aquel globo vió su reflejo y se preguntó qué había de malo en él. ¿Por qué el amor que estaba tatuado en su centro no terminaba de expandirse y llegar a la persona adecuada? ¿Por qué ahora yacía olvidado en ese baño vacío sin llegar aún al corazón de la amada?

Ninguna respuesta obtenía de su reflejo.

Su destino parecía sellado por la crueldad del abandono. De pronto, una niña invadió el espacio. Su sonrisa carmesí era luminosa y sus ojos parecieron salirse de alegría al verlo, como quien ve un inesperado regalo.

Sin dudarlo, ella lo tomó!

Fotos por Betzabé González