lundi 31 juillet 2017

Cuentos de fuego.- 7

Su mirada hermosa deslumbraba su alma. Podía ver en su rostro juvenil todos los rostros que tendría en su vida... Era loquisimo pero maravilloso (como el solía decir).

El descubrimiento de su alma fue una dulce sorpresa. En su naturaleza libertaria, ella nunca había imaginado que detrás de tantas frases monótonas se encontrara un alma tan límpida, pura, consciente y mágica. Su ser la maravilló como ninguno otro en aquel paraje.



Las auroras boreales eran hermosas y más combinadas con el frío invernal de aquella tierra. La llamada de la ternura y el amor detrás de ella era irresistible. ¿Quien en su sano juicio se resistiría a VIVIR? Amor y ternura se hicieron presentes y con ellas el descubrimiento de la paz interior (siempre presente alli, en el fondo, y casi siempre inaccesible).

3 aviones surcaron el cielo a los lejos. Con el silencio de la noche invernal fue fácil oírlos. Eran anuncios de la futura separación. Normalmente la sola idea le desgarría el alma pero en ocasiones especiales, cómo aquella, saber que todo terminaría en un futuro cercano le daba cierta paz al presente. Todo ese amor y esa ternura eran transformadores!!! Liberaban en lugar de atar... Eran tributos a la vida por el solo permiso de llevarlos allí!!!

La sinergia, la transmutación, la transformación ya se había iniciado y nada podría detenerlos. La vida había iniciado un nuevo bucle en su movimiento de espiral. Como siempre, dependía de cada uno que fuese un bucle ascendente y no un camino a la oscuridad. Eso era libre albedrío!
Reto digno de asumir.

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Sonrisa en rostro la encontró Morfeo. Hermes había hecho su trabajo junto a Eros. Ambos llevaban en su alma un cáliz de amor repleto. Listos estaban para llevar ese vino a sus vidas.
Y mientras pudieran estar junto a las auroras disfrutarían de la renovación de ese elixir maravilloso llamado Amor

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