Dios - Yo - Tu
Hoy tengo preguntas
para el universo, para el mundo y para mis lectores…
C’est parti!
¿Acaso es una utopía
prohibida para una mujer joven el desear con todas las fuerzas de su ser tener
un compañero exitoso, admirable, pleno, realizado Y, AL MISMO TIEMPO ser ella
misma una mujer exitosa, admirable, plena y realizada?
¿Es ese un privilegio
que pocas afortunadas tienen? ¿Algo que solo la buena estrella de la vida le ha
regalado a unas pocas féminas que por razones ancestrales y desconocidas lo merecen?
¿Es una regla sine qua non que un hombre exitoso debe tener siempre detrás una mujer completamente devota al rol de Hera, de soporte firme, fiel e incondicional que se ha renunciado a sí misma para volcarse a ser el apoyo absoluto de su esposo / compañero / novio / pareja?
O ¿cabe la
posibilidad de que un hombre pueda alcanzar su máxima expresión como ser
humano, como profesional y como ser espiritual junto a una mujer que ha
seguido el mismo camino que él (a su manera y según su proceso y vocación) sintiéndose
ambos a la vez plenos y conectados?
Yo confieso ante
Dios SUpremo, ante los ángeles y ante todos ustedes hermanos y hermanas que
creo firme y completamente en la vida según este último orden. Definitivamente
mi convicción es más que una aspiración, es el resultado de la absoluta certeza
de que la última opción se acerca mas al orden natural de la vida para ser
vivida en este nuevo y maravilloso siglo (y ciclo) de la humanidad.
Hoy conversaba con
mi querida amiga Zayra sobre el orden mas armonioso de prioridades en la vida
de un ser humano integral (aquel que ha reconocido todos sus aspectos, el físico,
el mental, el emocional y sobretodo el espiritual). Concluimos que en el primer
lugar ubicamos a la Fuente Divina y Suprema de todo lo que existe, a la
Divinidad en pleno, a lo Sagrado y Divino que genera todo y que llamamos Dios.
En segundo lugar está lo divino, lo sagrado y eterno en cada uno de nosotros
mismos, reconociéndonos como descendientes de la GRAN Divinidad*. En tercer
lugar está el reconocimiento y honra de lo divino, sagrado y eterno en nuestro
compañero de vida.
Este orden “semi-arbitrariamente”
expuesto responde a una lógica naturalista, a saber: en primer lugar hemos de
orientar nuestras energías de amor, de gratitud, de honra, de respeto y devoción
a la fuente infinita de nuestra existencia pues Ella nos alimenta y sostiene.
En segundo lugar
nos ponemos a nosotr@s mism@s porque somos una parte de ese Espiritu Divino y
eterno que ha recibido cuerpos físicos, mentales y emocionales a fin de seguir
un camino de evolución y crecimiento. Honrarnos, respetarnos y amarnos a nosotros
mismos en 2do lugar nos permite honrar, respetar y amar en plenitud a otros.
En tercer lugar está
la honra, el amor y el respeto a lo divino en nuestra pareja reconociendo
siempre su individualidad al mismo tiempo que vivimos y alimentamos el lazo que
nos une a él. Al reconocer su individualidad respetamos sus propios procesos de
crecimiento y evolución mientras que al fortalecer los lazos que nos unen, nos
erigimos como pilar de apoyo en su vida.
Lo más maravilloso
de esta ecuación es que aplica tanto a hombres como a mujeres. Dentro de este
orden armonioso de prioridades de vida, cada persona ha de cuidar su relación con
el Ser Superior, con su Propio Yo Superior y con el Ser Superior de su pareja.
Entonces se forma un circulo de flujo de energía, bendiciones e inspiraciones
divinas que alimenta a los involucrados. Es uno de los muchos círculos de
prosperidad que se pueden formar entre una pareja.
Traducido en palabras
menos rimbombantes: hombre, observa tu relación con lo Divino (Dios), observa
tu relación personal contigo mismo y observa tu relación con tu esposa /
pareja / novia. De igual manera para la mujer.
Me atrevo a apoyar
mi/nuestra conclusión en ejemplos generales pero reconocibles fácilmente.
Cuando una persona se pone a sí misma como prioridad en su vida suele mostrarse
arrogante, egoísta, soberbia y altanera siendo poco capaz de convivir
armoniosamente en una relación romántica o personal. Cuando, por el contrario,
pone en lugar prioritario a la pareja suele anularse a sí misma, idealizando al
compañero como fuente de felicidad y hasta de vida. El desequilibrio que crea
en su vida lo hace una persona dependiente de la otra quien termina normalmente
agobiado, asfixiado y sobrepasado por la responsabilidad de ser “fuente eterna”
para su amad@.
En cambio, cuando
ambos cultivan su espiritualidad individual y reconocen la espiritualidad y
naturaleza divina y humana del compañero, ambos pueden apoyarse de manera
espontánea y natural en los procesos personales a la vez que viven con mayor
conciencia y plenitud los procesos compartidos que la vida, la convivencia y
los proyectos en común generan en su transcurrir natural.
Lo se! Se dice mas fácil
de lo que se cumple. Sin embargo, se vive mas naturalmente de lo que se piensa cuando
hay sincronía entre los amantes…
…y a eso aspiro con mi amado!
*Aclaro a mis lectores que
mas allá de mis convicciones espirituales y religiosas, prefiero hablar de Dios
en forma general y “neutra” para que cada uno se sienta en la libertad de darle
el nombre y la forma que mejor resuene en su ser
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